Estamos acabando el año y para muchos empresarios y profesionales, lo que es verdaderamente importante es saber cómo acabamos el mismo desde un punto de vista económico/financiero. No hemos de olvidar que, hay una parte, que es la fiscal, que hemos de tenerla en cuenta para poder prever cualquier gasto adicional que pueda tener la empresa.
Ahora bien, hemos de tener siempre muy presente, que al final, y lo que ha de ser para nosotros más importante, es si nuestro negocio nos está aportando los beneficios que queremos generar tanto a nivel económico como emocional, es decir, si somos felices con el trabajo que realizamos. No hemos de olvidar que nosotros hemos montado un negocio no para cumplir con nuestras obligaciones formales/administrativas, fiscales y laborales, ni tan siquiera sólo porque vimos que existía la posibilidad de ganarnos la vida con ello, sino, y esto es muy importante, porque nos gusta realizar ese trabajo, es parte de nuestro sueño en la vida.
Todos en alguna ocasión nos hemos preguntado, ¿Cómo puede ser que este negocio, o mi negocio, que está en el mismo barrio que ese otro, que se dedican a exactamente lo mismo, tiene muchos más clientes que el otro? ¿A qué se debe? ¿Qué hace que un negocio sea próspero y otro no? ¿Es algo mágico, energético, es…. que?
A los seres humanos, por naturaleza, nos atraen las emociones positivas: felicidad, armonía, bienestar, sensación de prosperidad, …. Si queremos que nuestro negocio sea próspero y reboce positividad, hemos de mirar que los principios y valores (los nuestros, los del equipo de mando de la empresa) estén alineados con el enfoque estratégico de la empresa ya que esta alineación proporcionará a los colaboradores, trabajadores, clientes, … (a cualquiera que tenga relación con nuestra empresa) un sentido de dirección común y alineación en la conducta diaria, que nos llevaran a obtener resultados empresariales óptimos.
Cuando los colaboradores/trabajadores saben, conocen y viven los valores y estos últimos están enfocados a resultados empresariales, tomarán decisiones adecuadas y estarán animados a ser creativos, a ser innovadores, a asumir riesgos, aceptarán un alto grado de responsabilidad y estarán motivados porque les importará la vida en la empresa, porque se sentirán parte integral de la misma.
“Los valores son los cimientos de cualquier cultura empresarial. Como esencia de la filosofía para alcanzar el éxito”. Las empresas tienen éxito porque su personal puede adoptar como suyos e identificarse con los valores de la organización. Es fundamental para lograr que se haga el trabajo, que los valores sean claros, ya que estos les indican a todos en la empresa cuáles son los enfoques del negocio, qué se espera de ellos, cómo se va a evaluar la actuación de cada miembro y en función de qué criterios tendrán éxito en la empresa.
Esta alineación es la que da a nuestra empresa su “cultura empresarial” y ésta es la que diferencia un negocio, una empresa de otra. En la actualidad, una forma efectiva de comprobar esta alineación es utilizando los servicios de un Coach. Este facilitará a la empresa las herramientas para comprobar, y ajustar, si fuera necesario, los valores con la estrategia empresarial. Esta alineación será, en última instancia, la que nos ayudará a obtener los resultados que queremos en nuestro negocio y, por ende, en nuestra vida.