Todos los autónomos y las pymes están en la obligación de contribuir con los gastos públicos del Estado. De hecho el sistema tributario español se sustenta en dicha contribución, por lo tanto, quien evade este deber está cometiendo una falta ante la Administración Pública, catalogada como fraude fiscal.
El fraude fiscal se comete por dos razones, la primera por acción, y la segunda por omisión. Como acción se entiende a la infracción provocada de un deber tributario o como el perjuicio patrimonial causado a través del engaño.
Mientras que por omisión es cuando se deja de presentar una declaración de forma completa, sin manifestar ningún ingreso, es decir, se omiten datos, que pueden ser de forma consciente. Igualmente se considera fraude a la evasión de manera parcial o total del pago tributario. Dependiendo de la cantidad que se elude, el fraude fiscal se convierte en delito.
Cuando el autónomo o la pyme realizan una infracción fiscal, la Administración Pública tiene derecho de hacer un seguimiento para determinar el tipo de sanción que corresponde al fraudulento. Por eso mismo tienes que evitar caer en fraude fiscal, porque las consecuencias pueden ser graves.
A continuación te mostraremos qué tipos de sanciones corresponden al fraude fiscal, y qué pasa cuando se convierte en delito, para que evites el fraude fiscal si eres autónomo y pyme.
¿Qué sanciones le concierne a los fraudes?
Las sanciones siempre son proporcionales al cálculo de la infracción. En otras palabras, se debe ratificar la cantidad que pertenezca a la autoliquidación, además de una penalización. En efecto, existen tres infracciones con sus respectivas sanciones: leve, grave o muy grave. Veamos cómo se determinan y la sanción correspondiente:
- Muy grave: se denomina infracción muy grave cuando el implicado ha utilizado medios fraudulentos. O cuando deja de ingresar cantidades retenidas superiores al 50% de la base de la sanción. La sanción que le corresponde es del 100% al 150% que irán dirigidos hacia la Hacienda Pública.
- Grave: se denomina infracción grave cuando la base de la sanción es superior a 3.000 euros y se evidencia la existencia de ocultamiento de datos. Así mismo cuando la infracción se refiere a cantidades retenidas y el importe es igual o superior al 50 % de la base de la sanción.
Además, sí se demuestra la utilización de facturas, justificantes o documentos falseados, sin que la incidencia supere el 10 % de la sanción. Y cuando se llevó de manera incorrecta la contabilidad, entonces corresponde a un porcentaje entre el 10 % y el 50 % de la base de la sanción.
La sanción que el fraudulento debe cumplir es la cancelación mínima del 50% de la infracción que puede llegar hasta el 100%, dependiendo del caso.
- Leve: se consideran infracciones leves o bajas, cuando la base de la sanción es inferior o igual a los 3.000 euros y no se evidencia la existencia de datos ocultos. La sanción que se le impondrá es el pago del 50% de la cantidad no ingresada.
¿Qué pasa cuando se considera al fraude como delito?
El fraude fiscal en España es considerado delito cuando excede de los 120.000 euros. Como resultado al defraudador le atañe una pena en prisión hasta de cinco años, conjuntamente con una multa del séxtuplo de la citada suma monetaria.
De igual modo el fraudulento pierde la posibilidad de obtener subvenciones así como el derecho de gozar incentivos fiscales o de la Seguridad Social durante el período de tres a seis años.
Palabras finales
Si eres autónomo o tienes una pyme debes tener toda la documentación, facturas, registros en orden, que cumplan con los requerimientos de Hacienda para que no exista una inconsistencia fiscal, para evitar el ocultamiento de datos, y por ende una inspección. Solo recuerda que hay algo peor: el señalamiento de fraude fiscal.
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