¿Cuándo pasar de autónomo a una Sociedad Limitada?

La gran duda : ¿Cuándo he de dejar de ser autonónomo y constituir una S.L.? ¿Qué es lo que más me conviene? ¿Tienes claro cuándo debes hacerlo y cuándo no debes hacerlo? ¿Sabes cuáles son las ventajas y desventajas de una SL con respecto al autónomo?

De autónomo a Sociedad Lilmitada, ¿qué cambia?

En el sentido de la fiscalidad, pasar de autónomo a empresa es una opción muy interesante cuando pretendemos reinvertir el beneficio, ya sea directamente para hacer crecer el negocio o para la realización de otro tipo de inversiones.

Cuando se trata de tomar la decisión de pasar de autónomo a Sociedad Limitada (S.L.) en España, es importante considerar las ventajas fiscales que esta transición puede brindar. Si bien cada situación es única y es recomendable consultar con un experto fiscal, a continuación se presentan algunas ventajas fiscales comunes que pueden surgir al constituir una S.L. en España:

  1. Tributación más favorable: Una de las principales ventajas fiscales de operar como una S.L. es la posibilidad de disfrutar de una tributación más favorable en comparación con el régimen de autónomo. Mientras que los autónomos están sujetos al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y deben pagar impuestos sobre sus beneficios personales, las S.L. están sujetas al Impuesto de Sociedades, que generalmente tiene tasas más bajas que el IRPF.

  2. Retención del beneficio: Como autónomo, es posible que debas reinvertir tus beneficios en el negocio o destinar una parte significativa de ellos a pagar impuestos. Al constituir una S.L., tienes la capacidad de retener una parte de los beneficios en la empresa, lo que te permite reinvertirlos en el crecimiento y desarrollo de la entidad sin incurrir en impuestos personales inmediatos.

  3. Deducciones y gastos: Las S.L. pueden tener acceso a una serie de deducciones y gastos comerciales que no están disponibles para los autónomos. Estos incluyen, por ejemplo, deducciones por inversiones, gastos relacionados con la actividad comercial, como alquileres de locales y equipos, y otros gastos operativos permitidos por la ley. Estas deducciones y gastos pueden reducir el importe de impuestos a pagar, lo que puede ser beneficioso para la empresa.

  4. Flexibilidad en la remuneración: Al constituir una S.L., tienes la capacidad de recibir remuneración no solo en forma de salario, sino también en forma de dividendos. Los dividendos pueden tener un tratamiento fiscal más favorable que los salarios, ya que se les aplica una retención en origen inferior y no están sujetos a cotizaciones sociales. Esto puede permitirte optimizar tu remuneración y maximizar tus beneficios fiscales personales.

Es importante tener en cuenta que las ventajas fiscales pueden depender de varios factores, como la estructura de la S.L., el tipo de actividad económica y la situación personal de cada empresario. Por lo tanto, es fundamental contar con asesoramiento profesional para evaluar la viabilidad y las implicaciones fiscales específicas antes de tomar cualquier decisión.

Características principales de una Sociedad Limitad

Las características principales de una SL son las siguientes:

  • Constitución: se deben firmar estatutos y una escritura pública ante notario y entregarlos en el Registro Mercantil con las aportaciones de cada socio y porcentajes de capital correspondientes. Es un gasto que asciende a unos 300-600 € dependiendo del notario.
  • Personalidad jurídica: Una vez constituida la SL obtiene la personalidad jurídica, esto significa que a efectos legales y fiscales se considera que la sociedad tiene plena capacidad para contraer obligaciones y ejercer actividades que generan responsabilidad frente a terceros e incluso frente a sí misma, es decir la SL se considera “una persona” totalmente diferenciada de los socios que la constituyan.
  • Socios: una SL está formada por un número de socios (o un solo socio) que gestionan la empresa, entre los cuales pueden existir diferentes responsabilidades (solidaria o limitada al capital aportado) y clases (trabajadores o capitalistas).
  • Denominación Social: se debe registrar un nombre único en el Registro Mercantil Central con la abreviatura SL al final del mismo.
  • Capital social: dinero o bienes invertidos en la empresa, que deben sumar un mínimo de 3.000 €. Pueden aportarse los 3.000 € en dinero o a través de diferentes bienes como un ordenador, un local o cualquier otro bien valorado por los socios. Ese capital se divide a través de participaciones de los socios con diferentes porcentajes. Aunque cabe destacar que desde 2022 es posible constituir una SL con una aportación inicial de sólo 1 euro mientras se cumplan determinados requisitos.
  • Domicilio Social: lugar en el que se encuentra la empresa en España.
  • Objeto Social: actividad de la empresa o actividades, que suele ser lo más habitual. Se debe intentar añadir un número amplio de actividades para evitar tener que hacer gastos administrativos después para aumentar esta lista.
  • Administración y gestión: la SL puede ser administrada por un administrador único, por administradores solidarios (todos actúan por cuenta propia y afectando a todos), mancomunados (actuación conjunta) o por un consejo de administración (3 o más administradores).
  • Responsabilidad de la gestión: recae al 100% sobre los administradores. Los socios no tienen por qué ser responsables de gestionar la SL, ya que puede que solo hayan aportado capital.
  • Junta General: junta para toma de decisiones de la empresa, que se convoca con la frecuencia que se estime oportuna y al menos una vez cada 6 meses. Sirve para aprobar las cuentas anuales, reparto del resultado, modificaciones de estatutos, ceses y nombramientos de administradores, etc.

Ventajas de pasar de autónomo a Sociedad Limitada

Reducción de carga fiscal

Cuando comienzas como autónomo el IRPF que pagas puede variar desde el 19% hasta un 47,5% para las rentas más altas

En cambio, una Sociedad Limitada tributa por el Impuesto de Sociedades y tiene una situación mucho más favorable para ingresos altos.

El gravamen general para el ejercicio 2023 está en un 25% y para nuevas sociedades puede llegar a reducirse hasta un 10% (siempre que no hayas ejercido la misma actividad como autónomo u de otra forma jurídica).

Desde luego, suena mucho mejor tributar por un 15-23% que un 47,5%, ¿verdad?

Se podría decir que estas ventajas se notan a partir de unos 40.000 € anuales de beneficios.

Pero también hay que tener en cuenta que si todos los ingresos te los vas a llevar como beneficio personal y no los vas a dejar como patrimonio de la sociedad, finalmente acabarías tributando por IRPF, por lo que no tendría mucho sentido constituir la sociedad.

Protección del patrimonio personal

Por muy superhéroe que seas, tienes que proteger lo que tienes.

Como autónomo, la protección que tiene tu patrimonio personal es cero. Si no puedes pagar tus gastos, como la cuota de autónomo, la luz de tu local o Internet, los proveedores pueden saldar sus deudas con tus bienes personales (dinero en tu cuenta bancaria, coche o tu casa).

Cuanto mayor sea el volumen de facturación, mayor será el riesgo asumido por tu patrimonio. Y a partir de los 100.000€, o en el caso de contar con trabajadores, el riesgo aumenta de manera exponencial.

En una SL hay un escudo protector de patrimonio personal. La responsabilidad de cada uno de los socios es limitada al capital aportado.

Es decir, si para constituir la Sociedad Limitada aportaste 1.000 €, ese será el dinero que arriesgues, ya que la sociedad solo responde con sus propios bienes.

Imagen y reputación

Hay que admitir que, por desgracia, la imagen de los autónomos en España de cara a proveedores y grandes empresas no es muy positiva. Los freelances siguen generando desconfianza ya que de cara a la financiación, no dan las garantías que muchas entidades exigen.

Además, en sectores competentes y si se busca trabajar con grandes empresas, hay que ser Sociedad Limitada sí o sí.

Las grandes empresas necesitan saber la solvencia, garantía de suministro de información y otros datos que solo puedes conseguir en una SL, ya que hay muchos datos que como autónomos no existen.

Colaboración con administraciones públicas

En el caso de que queramos presentarnos a alguna licitación pública, aunque no es un requisito indispensable, si que el hecho de estar constituidos como sociedad limitada facilita y agiliza los trámites en gran medida.

Socios

Si un autónomo se ve desbordado por el trabajo tiene que contratar o aliarse con otro freelance.

Si esa relación continua a lo largo del tiempo, es probable que se quiera repartir el trabajo, obligaciones y responsabilidades.

Como autónomo es imposible hacerlo, pero como Sociedad Limitada se puede constituir la sociedad y repartir el capital, porcentaje y obligaciones de cada uno.

A partir de qué facturación interesa pasar de autónomo a Sociedad Limitada

De manera general podría decirse que cuando se cumpla alguna de estas condiciones:

  1. Tus ingresos anuales superan los 40.000 €.
  2. Tienes un volumen de facturación superior a 100.000€ o más de 5 trabajadores.

Otras circunstancias que favorecen pasar de autónomo a Sociedad Limitada

  1. Quieres proteger tu patrimonio personal ante proveedores.
  2. Buscas trabajar con grandes empresas, presentarte a licitaciones públicas o quieres conseguir facilidades de crédito bancario.
  3. Trabajas habitualmente con otra u otras personas y queréis formar una sociedad juntos.

Hay otros muchos y en general suelen ir de la mano con el crecimiento del negocio, ya que a mayor volumen de ingresos y empleados lo habitual es pasar de autónomo a SL.

Si todavía te quedan dudas al respecto, recuerda que siempre podrás contar con nuestro equipo Lola Business, tu asesoría financiera en Barcelona de confianza, para asesorarte o realizar los trámites que necesites. ¡Gracias por confiar en nosotros/as!